Cosas
Sisifo con escoba
Me acordé que la terraza del departamento tenía mucho polvo desde hace meses que están construyendo la piscina y no hacía mucho sentido limpiar con todo el polvo que se levantaba a diario. Como hace unos días terminaron la piscina ya hace sentido limpiar.
Pues comencé a limpiar y mi mente comenzó a fluir. Tampoco pensé nada muy profundo simplemente pensaba en lo inutil que es limpiar trabajar para que solo un rato esté limpio y luego volver al mismo asunto la próxima vez (se puede intuir que no tengo mi departamento muy limpio). Ahí me puse medio filosófico y me pareció que la vida es muchas veces de esta forma. Es volver a empezar incluso si sabemos que tendremos que mañana partir nuevamente.
Limpiar quizás es un ejercicio de carácter. De aprender o intentar amar el momento, de concentrarnos en la tarea, amar la acción en sí y no el resultado que conocemos efímero, volver a partir día a día con dedicación y esperanza. Levantar la piedra con felicidad conociendo que va rodar cuesta abajo.
También pensaba en como para los dos lados hay cierta inercia a combatir. Está la inercia de comenzar, la lata de tomar la escoba, luchar contra la flojera de mantener las cosas como estaban. Y también hay otra inercia la inercia del movimiento una vez comienzas a hacer algo y lleva cierto rato tiendes a mantenerte en la acción sin pensar. Esto puede parecer beneficioso o satisfactorio en un estado de enfoque máximo absorto en la tarea, pero puede llevar al sobre entrenamiento o matar el disfrute de la acción en sí. Creo que es saludable dejar siempre algo en el plato para disfrutar mañana. Es preferible saltarse el disfrute del 4to al 5to dulce y dejarlo para disfrutar en la mañana.